Un hombre creció entre el fuego
se hizo carnes y huesos blandos
mientras surgía de su veneno
se hizo pequeño mientras se creía grande
se hizo ciego cuando más veía
se hizo sangre y estiércol mientras reía.
levantó su brazo para castigar al inocente
y habló mientras castigaba con su palabra
y gritó mientras su pueblo pasaba hambre
y conversó con los gentiles estando muerto
y dijo esto y aquello
se moldeó como un Dios en la tierra
hizo una mezcla y recogió en ella los malos
su fuerza es como la de un volcán vomitando
arando las colinas y dejándolas limpias
el verdor lo esta devorando con sus palabras
su política abrasiva
es como la destrucción misma
¡Oh!
el ¡Ay! devora la desolación de la paz oculta
Y llegó su lengua en la diversidad de las Américas
sembró odio
cosechó odio
vendió odio
amo el odio y dividió con esa consigna
mientras las colas del miedo son un conflicto
la esperanza de los despernancados está muerta
y el ríe, ríe, ríe y sigue riendo.
Cuando llegue el final de su era defectuosa
ese hombre
ese malestar
ese acné en la puerta del trasero
ese verdugo de las palabras irrazonables
será carne para el desprecio
será carne para la nada
será carne para el olvido
Y volverán los sufridos a ser felices...