martes, 6 de octubre de 2015

MARIA LUISA

Imagen original del autor

Cuando la conocí ella era una lirio de loto
la tersura de su piel era pétalo fresco
de su dermis un perfume aromaba el silencio
era exquisito al olfato, perturbaba
la ansiedad no se encubría, se desnudaba
ante tanta belleza junta.

Sus abrazos eran firmes
como raíz sobre la roca

Mis días con ella eran serpentinas en el cielo
un firmamento cobijado con nubes blancas
de noche vestido con los colores de las estrellas
de día se desnudaba con la luz de su mirada
la ternura de sus labios que abrasaban
la ansiedad apasionada de sus palabras
el táctil de sus caricias que embelesaba
la magia de sus historias, hacia soñar
lo tierno de sus gestos, su pestañear
el arrebol interminable de sus ganas de amar
su aferencia sutil, la cadencia, su fragilidad
todo una dama que embargaba las horas
los días
las auroras y las tardes que pasaban

El latir de su corazón eran menta, clavo y canela
hirviendo en la sangre con su fusión acalorada
cuanto la ame
de rodilla en tierra
de puntillas en la arena
volando en el interior de la memoria
para ella supe convertirme soñando
en un súper héroe
en un príncipe azul
en tantas cosas que ya he olvidado

Cuantas cosas sabré agradecerle
el día cuando la vea.

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